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miércoles, 18 de mayo de 2011

Brevete con arroz y su tacu-tacu más.

Hace un par de años, la empresa que hace esas ‘Go Cards’ que yacen desapercibidas  afuera de los baños de restaurantes hizo unas que decían ‘Soy Peruana.’  Habían afuera del baño de Edo, y de la San Antonio. Y las de la San Antonio de ahora están bien bonitas para qué, me han gustado. Las renuevan más o menos cada dos semanas, o el tiempo necesario que se les ocurra a mis amigas para juntarnos a chismear en al predilecta mesa del fondo. O sea 3 días, pero el presupuesto no siempre lo permite. Cómo verán, me encanta turistear en los baños de restaurantes porque siempre encuentras algo curioso, y eso que no sólo hablo de la cantidad de tiempo que se puede tomar una persona en hacer sus necesidades. Ya pe, acelérele chofer, que lo viene persiguiendo, la mamá de su mujer, ajá.

Así dice la canción, pero la asistenta de Flor, la dueña, matriarca y señora del circuito de práctica de manejo más clandestino de Lima, Perú y balnearios, porque literalmente, queda en un balneario (cualquier wrong turn y terminas siendo merienda de anchoveta); me dijo 
“demuestra habilidad.”

Amiga amiga amiga. ¡Que habilidad voy a demostrar yo! Para empezar que ninguno de ustedes sabe que nací con dos pies izquierdos y que por la bondad del santo y del bolsillo de mis papás, hoy en día camino con uno izquierdo y con uno derecho. En fin, I trip over flat surfaces, and that takes talent. En simples y sencillas, “antes muerta que sencilla”, palabras, cómo decía la película, este cuerpo no es mío! Es de una jovencita con hormonas de abuela y síntomas de estrés prematuro. Y reflejos de neanderthal, for that matter. Entonces se imaginarán que para mí, una pobre e indefensa niña, más ingenua que Hansel dándole de comer a Grettel antes del issue con la bruja, el encuentro con los oficiales del Expreso Polar fue mucho más trascendental de lo que fue para ustedes, humildes camaradas del planeta tierra.

¿Quién en este sano mundo tiene el coraje de sucumbirse a los oficiales del Expreso Polar? Los oficiales del Expreso Polar, sí, la película tierna para niños dónde esos animatronics 3D del mal que nadie se cree que son humanos sino fuera porque el soundtrack les agrega un poco de sentimientos, te saludan con sus dos ojitos de veedores perversos y te preguntan cómo te llamas. No tienen reparos en gritarte de los autoparlantes cuando estás infringiendo una ley de tránsito. Y es que, en la vida real, no hay imaginación ni digitalización de Tom Hanks que valga o que te defienda. Acá, te gritan por ser, simple y sencillamente, una peruana más. ¿Qué es cómo debería ser, o no?

Según Gonzalito Portocarrero, tierno sociólogo que estudia la sociología de este sociológico Perú, (más socio que lógico, pero bueno) la viveza del criollo es justamente lo que caracteriza a nuestra sociedad. Y es así cómo convivimos en este mundo que no sólo es para Julius, sino para todos los demás. Entonces explícame porque, si yo dotada de viveza criolla, criollé la zona preferencial del circuito, tuve una criollísima desaprobada de examen. Con grito y todo. Más criolla que el buffet del José Antonio que te empujaste tú con tu Digestase en mano apenas pusiste pie en tierras peruanas. Y tú, su hermano también caramba, que chapas cuando se puede y cuando no, también. ¡Que frescura, así cualquiera!

Si se fijan con el suficiente detalle con el que yo me fijo de todo lo que veo, 7 de abril del 2006, usabas una cartera morada que no le iba al tono de sus Skechers, se darían cuenta de que los brodersillos del Touring y Automóvil Club del Perú, son lo más parecido a los oficiales del tren del Expreso Polar. Y es que, con ese gorrito que se manejan y esa diligencia a la hora de caminar y sacarte de quicio, sólo les falta tener la maquinucha donde te piden “le billet s’il vous-plaÎt?” para completar la escena. Ah, no, eso es en el TGV, o por lo menos, así me han enseñado en el fiel Encore Tricolore con su bandera de Francia afuera y todo. Quetecrees. Y eso que ni me voy a meter en detalle sobre el oficial del Expreso Polar EN BICICLETA, que va trayendo los papeles semi-doblados para luego llamar a la lista.

Para empezar, después de la criollada que fue el examen médico, dónde te ponían el principio y el final de los laberintos de donde te tenías que salir;  o cuando, la señorita te soplaba que “al doctor le gusta que le digas, contínuo e intermitente” y tú de sapa no le mencionaste al oculista que tenías lentes de contacto, y no te vio el idiota porque de oculista no tiene ni la o, ¿cómo pretenden que el examen de manejo no sea una criollada? Yo pensé que todo iba por el mismo camino, o por el mismo restaurante for that matter. Porque si me hubieras dicho que esto era una fish and chips situation en vez de un lomo saltado a lo pobre, entonces yo me hubiera preparado para eso. Porque francamente amigos, ni a hijo de vecino se le ocurre que para el examen de las reglas de tránsito de este país dotado de un tránsito fracasadoe, iban a ser tan estrictos cómo los del país de God Save The Queen. God save the Heiress ahora también, porque pretendo acuchillarla por robarse a mi marido. 

¿Entonces, hice valer la Go Card que decía 'Soy Peruana' o no?
No seas contestona que te mando a la esquina.

Besitos polares
-M

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