Este post va dedicado, de todo corazón, a todos esos exiliados educacionales que residen en los rincones más recónditos de nuestro englobado mundo, y que extrañan, like a fat kid on a diet misses chocolate cake, su comida de su casa y de su ciudad, pe. ¡Felizmente que todos ya vienen!
Ser peruano, o peruana, peruanito, perucho, cholo, mestizo, costeño, selvático, o como quieras llamarlo, excede el hecho de que todos comemos buenaso. Significa muchísimo más; pero, mientras los sociólogos de la Católica, y los jóvenes sabiondos de todas las demás universidades de este sabiondo país, se preocupan por descubrir que nos une a todos, yo te propongo hijo mío, un cebichito ‘nikkei’ en La Mar de Gastón, y entre leche de tigre y pescado bien cortadito, resolveremos nuestros issues. Y si no, siempre podemos cruzar la pista y seguirlos resolviendo en Pescados Capitales, 5 Esquinas, o cualquiera de esas cebicherías que han convertido a lo que se conocía cómo ‘la calle de las ferreterías’ en el paraíso de la buena cocina. Cheers for that my dear Gastón, siempre seré tu fan número 1.
En este país, no importa si estás en el Asentamiento Humano Kenji Fujimori Segundo, Manzana 7, Lote 89 o si acabas de pedirte ese Lomo Saltado del Club Nacional, con sus papitas de piqueo MÁS que le quitan el aliento a cualquiera, siempre vas a comer de lo lindo. Y es que, si es que tenemos esto, hay que aprovecharlo. Por eso, a continuación viene un post que pretende mandar a la quiebra a todas las nutricionistas de Lima, Perú, la Clínica del Golf, el consultorio en Chacarilla, y balnearios. Perdónenme mis amigas de la escuela de Ciencias de la Salud de la UPC, pero cuando logren hacer bajar de peso a este pechito, comiendo rico y sano a la vez, me mandan su curriculum para hacerlas famosas y que sus libros sean Best-Sellers del New York Times; cómo todos los libros de todos esos M.D’s que colecciona mi mamá, sin éxito, en el estante de su cuarto. Simplemente, no hay nada que ellas te vayan a decir que te vaya a contener de comerte los manjares que te voy a describir a continuación.
‘Nothing tastes as good as skinny feels’ dijo la pseudodrogadicta que pasó por Lima el año pasado en un vestidacho verde y de la mano de Mario Testino. Esa misma que ahora modela para Basement y contamina todas la cuadras de la Javier Prado con sus pómulos artificiales y pelo desaliñado.Yo te puedo decir todo el abecedario de postres, con nombre, apellido y código postal, que taste EVEN BETTER than skinny feels, ya que, durante la semana que acaba de pasar, mi paladar tomó un tour absolutamente extenso y debidamente distribuido, para poder brindarles a ustedes, tiernos y espero hambrientos lectores, la lista de postres preferidos de la Mamama; haciendo énfasis on the fact de que mi golosidad supera a la de cualquiera, así que te conviene hacerme caso.
Ser peruano, o peruana, peruanito, perucho, cholo, mestizo, costeño, selvático, o como quieras llamarlo, excede el hecho de que todos comemos buenaso. Significa muchísimo más; pero, mientras los sociólogos de la Católica, y los jóvenes sabiondos de todas las demás universidades de este sabiondo país, se preocupan por descubrir que nos une a todos, yo te propongo hijo mío, un cebichito ‘nikkei’ en La Mar de Gastón, y entre leche de tigre y pescado bien cortadito, resolveremos nuestros issues. Y si no, siempre podemos cruzar la pista y seguirlos resolviendo en Pescados Capitales, 5 Esquinas, o cualquiera de esas cebicherías que han convertido a lo que se conocía cómo ‘la calle de las ferreterías’ en el paraíso de la buena cocina. Cheers for that my dear Gastón, siempre seré tu fan número 1.
En este país, no importa si estás en el Asentamiento Humano Kenji Fujimori Segundo, Manzana 7, Lote 89 o si acabas de pedirte ese Lomo Saltado del Club Nacional, con sus papitas de piqueo MÁS que le quitan el aliento a cualquiera, siempre vas a comer de lo lindo. Y es que, si es que tenemos esto, hay que aprovecharlo. Por eso, a continuación viene un post que pretende mandar a la quiebra a todas las nutricionistas de Lima, Perú, la Clínica del Golf, el consultorio en Chacarilla, y balnearios. Perdónenme mis amigas de la escuela de Ciencias de la Salud de la UPC, pero cuando logren hacer bajar de peso a este pechito, comiendo rico y sano a la vez, me mandan su curriculum para hacerlas famosas y que sus libros sean Best-Sellers del New York Times; cómo todos los libros de todos esos M.D’s que colecciona mi mamá, sin éxito, en el estante de su cuarto. Simplemente, no hay nada que ellas te vayan a decir que te vaya a contener de comerte los manjares que te voy a describir a continuación.
‘Nothing tastes as good as skinny feels’ dijo la pseudodrogadicta que pasó por Lima el año pasado en un vestidacho verde y de la mano de Mario Testino. Esa misma que ahora modela para Basement y contamina todas la cuadras de la Javier Prado con sus pómulos artificiales y pelo desaliñado.Yo te puedo decir todo el abecedario de postres, con nombre, apellido y código postal, que taste EVEN BETTER than skinny feels, ya que, durante la semana que acaba de pasar, mi paladar tomó un tour absolutamente extenso y debidamente distribuido, para poder brindarles a ustedes, tiernos y espero hambrientos lectores, la lista de postres preferidos de la Mamama; haciendo énfasis on the fact de que mi golosidad supera a la de cualquiera, así que te conviene hacerme caso.
Empezamos con la situación de ARMONÍA oculta, esto es para ti y tú sabes quién eres, que existe en el cheesecake de 3 chocolates de La Trattoria, combinando las tres variaciones de chocolate, es decir, blanco, bitter y de leche, en un sólo manjar. Si los seres humanos disfrutáramos de nuestra heterogeneidad racial, blancos, negros y café con leche, cómo disfruto yo de este postre, no habrían guerras ni riesgo de Humala destruyendo el país. Embrace it bitches, la diversidad es la voz.
Seguimos, con el cheesecake de Toblerone de ‘El Grifo.’ Y no, no te estoy hablando de un grifo X, donde debe haber su KFC pe, su Mr.Sushi y su super tienda Repshop donde te haces la loca cuando te piden DNI. No, existe un restaurante llamado ‘El Grifo,’ que tiene un device mental más complejo que el de ‘The Eternal Sunshine of the Spotless Mind,' ya que, logró indagar en las profundidades de neuronas que ni yo misma conocía, para crear un postre, simplemente perfecto. Mándate el trote hasta el Callao y descubre sólo lo que esta maquinita fue capaz de predecir. El mismo cheescake, versión ‘La Folie,‘ con un rico ambiente de sillones vintage, también te puede servir para compensar el antojo.
Continuamos entonces, bajando la Primavera, succionándonos el tráfico de la Angamos y llegando, finalmente, a home-sweet-home; y es que, la pequeña rubia dueña de este local, nunca se imaginó del riesgo calórico que iba a cosechar en mis entrañas, cuando decidió poner su local, a 5 inocentes cuadras de mi inocente morada. El cheesecake de Butterscotch y Canela, que ha sufrido transformaciones de tamaño, pero que se mantiene fiel a la receta original, constituye uno de mis Top 5 temas de conversación. Y es que, no hay persona que domine mejor la trascendencia de la VISCOSIDAD de un cheesecake que los reposteros de Dánica. Un cheesecake no puede ser muy denso porque sabe a plástico, ni tampoco muy suave porque sientes que mejor comes pedazos de aire ¿No? Exacto, yo se que tú me entiendes mamita, has aprendido from the pros.
Luego, salimos a la derecha y llegamos a lo que alguna vez fue, en mi época, el fino balneario de Barranco, y, al costado del Estudio 4 de América Televisión, residen mis 8 mejores amigos, impalpados con azúcar y rellenos de manjarblanco. Mis 8 mejores amigos, son todos churrísimos, y viven en una torre mismo juego que ‘la reina del closet’ nunca se acuerda cómo se llama. ¡Jenga, eso! Y es que, la orden de churros de la 73, que para esto tiene el nombre más creativo de todos los restaurantes pero te voy a dejar que tú solito descifre esa historia, mi amor, es una parada en el hígado a cualquier otra persona que jamás intento hacer churros en el país.
Pero más allá de cualquier postre comercial que tú puedas encontrar en cualquiera de los establecimientos comerciales de la comercial vida que vivimos hoy en día, existe, bajo los escombros de la cocina de Juanita y del gusto por el café en el Starbucks del Óvalo a 200 grados, la torta de la mamá de Lucienne. ¿Quién creería que la profesora del curso más odioso sería la creadora de la torta más querida? Las ironías de la vida pues amigas. Yo sólo les puedo decir que por ese fudge y ese biscochuelo, soy capaz de correr 56 maratones y resolver 56 ejercicios de cálculo si es necesario. Eso sí, nada de vectores que esos nunca los entendí.
Por el momento, no tengo más postres en la mente. Pero si en verdad estás interesada, puedo tener una conversación seria con mis caderas, que albergan a la mayoría. 'A minute in your lips a lifetime in your hips,’ dicen, ¿No?
Los dejo para que se laven los dientes, después de desayunar, chiqui chiqui chiqui chí, cuando acabes de almorzar, chiqui chiqui chiqui chí, después de irte a acostar chiqui chiqui chiqui chí,
¡Te lo recomienda Colgate!
y Mamama
Xoxo
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